De esta forma, los participantes en los IX Juegos Paralímpicos tendrán obligación de someterse a los controles médicos y de dopaje que se realizarán conforme a las normas del ICC.

Según informó el COOB'92, la ICC utilizará la misma lista de sustancias prohibidas que el Comité Olímpico Internacional, incluido el dopaje sanguíneo, y realizará los controles médicos al azar entre tods los deportes, incidiendo en aquellos cuya reglamentación es más estricta.

El número de muestras a controlar por día y por deporte será decidido por el comité del ICC y el comité organizador, que serán los encargados, asimismo, de señalar el número de deportistas de las diferentes pruebas que se someterán a control.

En caso de sospecha de consumo de estimulantes, otros atletas, además de los seleccionados, podrían ser sometidos a las pruebas, al igual que se prevé que los participantes puedan se sometidos a esta pruebas en más de una ocasión a lo largo de la competición.

Si los deportistas se opusieran a entregar muestras de orina, podrían ser sancionados con la exclusión u otras sanciones.

El control de dopaje en los Juegos Paralímpicos se efectuó por primera vez, de forma experimental, en los juegos de Seúl 88, donde se realizaron exámenes en practicantes de tres modalidades deportivas: atletas, halterofilios y lanzadores.