En un comunicado, Pastor reconoce los esfuerzos realizados por las autoridades australianas par lograr las que serán las Olimpiadas "más verdes" de la historia, pero asegura que "no se han hecho ni de lejos los esfuerzos necesarios, ni se han cumplido todas las promesas que Australia realizó cuando presentó el proyecto en el Comité Olímpico Internacional (COI)".

A pesar de que Greenpeace ha participado activamente en el diseño de las instalaciones olímpicas y en el tratamiento de basuras y cuidados al medio ambiente, no se han cumplido las previsiones, según los ecologistas.

Así, no se ha liminado la emisión de gases dañiños para la capa de ozono y con poder de efecto invernadero en los sistemas de refrigeración y aire acondicionados, se ha suprimido el proyecto de utilización de coches no contaminantes para las autoridades y no se sabe quién gestionará los vertederos tóxicos generados por los Juegos, cuando éstos terminen.

No obstante, Greenpeace destaca el uso de energía solar para todas las instalaciones olímpicas y la eliminación del transporte privado para los espectadores y confí en que estos avances "demuestren al mundo que, si hay voluntad política, las alternativas ecológicas existen y son fáctibles", precisó Pastor.