Según el cardenal Joseph Ratzinger, en la próxima encíclica del Papa se "rvela el valor profundo de la vida humana, su grandeza y su destino dentro del designio del Padre".

"La grandeza inimaginable de esta vocación a la plenitud de la vida, que se alcanza participando de la vida misma de Dios, revela el valor de la vida temporal de cada persona", ya que "cada hombre, pobre o poderoso, aparentemente inútil o importante, nacido o no nacido, enfermo incurable o desbordante de salud y energía es imagen de Dios, lleva en sí su aliento", asegura Ratzinger, según la Información d Madrid.

Juan Pablo II ofrece en esta nueva encíclica principios generales para los cristianos comprometidos en cargos públicos e involucrados en la elaboración de propuestas de ley, ya que en muchos estados guiados por políticos que se confiesan católicos se mantienen en vigor legislaciones que atentan contra la vida humana.

También responde a todas las propuestas que llegan últimamente de Europa y de Estados Unidos promoviendo la "soft death", la muerte dulce, y hace referencia a la fecundaciónartificial y a las intervenciones sobre fetos humanos.

Una de las ideas principales de la encíclica, según señala Ratzinger, es que "si el mundo no proviene de un acto creador de Dios, si no expresa su sabio designio, entonces puede concebirse de manera distinta a como ha sido creado y, por tanto, puede ser manipulada (la naturaleza) sin ningún límite".

"La naturaleza ya no se concibe como mater (madre), sino como un simple material, abierto a todas las manipulaciones del hombre. O mejor, de aquelos que ostentan el poder entre los hombres", manifiesta.

La encíclica "Evangelium Vitae" explica también que "la libertad ha perdido su enlace con la verdad", por lo que cada intervención del hombre es considerada una amenaza y "de hecho podemos ser auténticamente 'creativos' sólo en unión con el Creador", según Ratzinger.

EL RECORRIDO

Juan Pablo II realizó una encuesta en el Consistorio de los cardenales celebrado en abril de 1991 y les preguntó si creían conveniente que la Santa Sede hicieraoficial una encíclica sobre los problemas que presenta la vida, con especial referencia al aborto.

Dado que la "Veritatis Splendor", publicada el 6 de agosto de 1993, ya afronta los principios de la moral cristiana en esta materia, la "Evangelium Vitae" se concentraría en las aplicaciones de los principios generales a la problemática concreta que hoy presenta la bioética.

Una vez supervisado por el cardenal Joseph Ratinzger, el borrador de la encíclica volvió a manos del cardenal Alfonso López Trjillo y de monseñor Elio Sgreccia, presidente y secretario, respectivamente, del Consejo Pontificio para la Familia. Estos entregaron el último borrador al Santo Padre, quien ha hecho la redacción definitiva.