El objetivo del estudio, en el que han participado 130 empresas y se han realizado encuestas a casi 2.000 trabajadores y a más de 1.000 desempleados, era analizar las repercusiones que tendría una jornada laboral intensiva y flexible, en la que se redujera el tiempo de descanso que se realiza a mitad jornada, lo que permitiría finalizar antes la jornada laboral.

Güemes presentó el estudio acompañado de Arancha Ausucuo, directora de Recursos Humanos de la delegación de Asisa en Madrid, y por Antonio Carrascosa, director de Convierta Comercialización.

El consejero de Empleo destacó la "necesidad de introducir más flexibilidad y plantearse una organización del tiempo de trabajo más razonable", para conciliar mejor la vida familiar y laboral.

Indicó que "la sociedad española ha cambiado mucho en muy poco tiempo", y un ejemplo de ello es la situación de la mujer en la vida laboral, ya que hace diez años trabajaban 500.000 y en la actualidad hay 1.200.000.

Las conclusiones que se obtienen del estudio son varias. Un aspecto en el que coinciden tanto empresas como empleados es que los trabajadores son más productivos por las mañanas que por las tardes.

Pese a las ventajas que según el estudio conlleva una jornada intensiva y flexible, el informe revela que la mayoría de las empresas consideran que no están en condiciones de flexibilizar la jornada laboral de sus trabajadores, debido fundamentalmente a la necesidad de atención a sus clientes.

Uno de los factores que alargan la jornada es el número de desplazamientos al puesto de trabajo, ya que el 33% de los trabajadores encuestados realiza una media de cuatro desplazamientos al día.