Las ventas registradas desde noviembre de 1991 a octubre de 1992, fechas de su ejercicio fiscal, también cayeron en un 19,4 por ciento, y ascendieron a un total de 22.644 millones de pesetas.

John Deere justificó stas cifras en los malos resultados agrícolas en España, que supusieron pérdidas para los agricultores cerealistas entre los 250.000 y los 300.000 millones de pesetas, debido a la sequía, provocando la caída la venta de tractores, cosechadoras y empacadoras.

Así, en el periodo indicado las ventas en el mercado interior fueron de 15.726 millones de pesetas, frente a los 21.203 millones de 1991, mientras que las exportaciones, que se limitaron prácticamente a otras filiales de John Deere, crecieron un 05 por ciento, pasando de 6.884 millones de pesetas a 6.918 millones.

Pese a los resultados de la filial española, la multinacional americana, Deere & Company, obtuvo unos beneficios de 37 millones de dólares (unos 4.500 millones de pesetas), un 25 por ciento más que en 1991, debido a las operaciones emprendidas en servicios financieros.

Así, el retraso de la plantación en Estados Unidos y las malas condiciones climáticas redujeron las ventas al por menor respecto a 1991, que pasaron de 5.848 millnes de dólares a 5.723 millones (más de 700.000 millones de pesetas).

Para este año, la multinacional prevé continuar en la misma línea y sacar partido de la nuevas maquinarias recientemente lanzadas, como el nuevo tractor de la serie 7.000, que incorpora "un diseño y unos conceptos de fabricación revolucionario", según la empresa.