Urra declaró a Servimedia que el caso de Diego "es grave", y añadió que, aunque es "un hecho puntual, era más que previsible" que regresará al centro de acogida.

Según dijo, "la madre lógicamente quiere estar con su hijo, pero posiblemnte no está capacitada por su trastorno agudo bipolar de la personalidad, que es un diagnóstico grave".

A su juicio, la Junta de Castilla y León actuó correctamente al quitar la tutela de Diego a su madre biológica y después darlo en acogimiento a una familia de El Royo (Soria), pero que "haya habido un profesional que diga que a la madre le viene bien para el futuro mental estar con el hijo quiebra un principio. que es el mejor interés del niño". "Ese tipo de experimento no se puede hacer con los niñs", recalcó.

Por ello, dijo que el niño, "después de estar como una pelota", de la familia de El Royo a su tía y de su tía ahora al centro de acogida, "entiendo que el pequeño tiene que ser dado en adopción y no de otra forma". "Los niños son adaptables, pero no son chicles", sentenció.

"El niño ya tiene que tener un futuro, y el futuro que tiene que tener es de amor, pero, sobre todo, de seguridad y estabilidad a largo plazo", concluyó.