Durante su intervención en el encuentro informativo organizado en Sevilla por Nueva Economía Fórum, Jaume Duch señaló que los comicios europeos, que en España se celebrarán el 9 de junio, “van a ser fundamentales”.

Duch marcó diferencias con las elecciones de 2014 y las de 2019, y subrayó que en esta cita a la que están llamados a las urnas 350 millones de europeos con derecho a voto, “lo que realmente nos jugamos, no es ni a la supervivencia de la Unión Europea es la supervivencia del modelo europeo, que va mucho más allá de lo que es la propia Unión Europea”.

El portavoz e la Eurocámara destacó que la UE ya es una unión política, que cuenta con un parlamento “que en este momento prácticamente está en el origen del más del 60 por ciento del trabajo de los parlamentos nacionales”.

NUEVOS DESAFÍOS

“En el 2019 insisto quizá el tema más candente que teníamos en ese momento era como solucionar el divorcio con los británicos de manera positiva para la Unión Europea”, recordó, y contrapuso que ahora “estamos hablando de otros temas geopolíticamente mucho más importantes”.

En concreto señaló el nuevo papel de Rusia en el mundo, “que se sale de los canales tradicionales, que se sale la multilateralidad y que se sale del respeto de los derechos y de las normas de convivencia de los países, no ya de la Unión Europea, sino del mundo”.

A ello agregó el posicionamiento de China y lo que calificó de “vaivenes en la política en Estados Unidos”, para lo que será crucial el resultado de las elecciones en ese país el próximo 4 de noviembre.

“Lo que vaya a ser de nosotros en los próximos cinco o diez años va a venir determinado en el fondo por la combinación del resultado de las elecciones europeas y de las elecciones americanas”, sostuvo.

“Podemos votar y claro que deberíamos votar, estamos hablando de la crisis del multilateralismo, estamos hablando de los límites de la globalización”, añadió.

Asimismo, estimó que estamos en un momento “en el que la democracia está en declive”, y advirtió que “el número de países que han involucionado desde el punto de vista de su calidad democrática en los últimos años no ha disminuido y eso se empieza a notar en muchas cosas”.

Finalmente, aseguró que el último de los retos a los que se enfrentan prácticamente 450 millones de europeos es el de “convertirnos en una voz respetada en este mundo tan fragmentado, tan complicado, que no tiene nada que ver con lo que habíamos pensado que sería la primera parte del siglo XXI”.