Después de mantener celosamente este secreto, el matrimonio desvela que decidió, de mutuo acuerdo presentar el 1 de abril de 1992 un expediente de adopción de Fernando, como hijo suyo, otorgándole así sus apellidos.

"Fernando es mayor de edad y soltero, y reúne todos los requisitos que exige la ley en los casos de adopción, al igual que los reuníamos mi esposa y yo", declara Jaime de Mora. El matrimonio no ha tenido descendencia, por lo que este hijo adoptivo será el único heredero de ambos.

"Mi mujer y yo le teníamos un gran cariño, era como un hijo para nosotros, ese hijo que no hemos tenio, así que decidimos adoptarlo", explica el noble, que quería que este hombre fuese su descanso en la vejez. "Le conozco desde hace veinte años, y ha sido mi amigo, mi persona de confianza y, desde 1987, mi secretario particular".

En cuanto a la herencia, asegura que a sus sobrinos apenas les conoce y por tanto desea que, a su muerte, sus bienes pasen a su mujer y a Fernando. "Mi familia no me ha dado nada y por lo tanto es normal que tampoco se hayan sorprendido de mi decisión", asegura.

Tambiénreconoce en la entrevista concedida al semanario que hace unos meses tuvo una discusión con su hijo adoptivo, por lo que últimamente han estado algo distanciados, pero ya han resuelto sus problemas e hicieron las paces en el entierro de su amigo Antonio Arribas.