Meyer considera que desde el intento de golpe de estado ocurrido el 23 de febrero de 1981, no se ha abordado ninguna reforma de los servicios secretos españoles, siendo ésta "la más necesaria" en ese momento.

Por ello, IU aboga por una reordenación profunda de estos servicios que significaría a separación en dos cuerpos "autónomos, diferentes y coordinados" de los trabajos relativos a la información interna y a la información externa.

Según dijo, esta separación es imprescindible para homologar los servicios secretos españoles a los del resto de los países democráticos que tienen esta estructura, siendo España y Marruecos los únicos que no mantienen una separación orgánica de ambas funciones.

IU propondrá también que ambas secciones estén coordinadas por un mando único que, a su juici, debería ser "un político y no un militar" como viene siendo habitual.