Herrera insistió en debatir con el Ejecutivo el plan de choque sobre inmigración que anunció la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. "Queremos que las políticas de inmigración se hagan con garantías y respeto a los derechos humanos y eso supone dar cédulas de identificación a los inmigrantes para que tengan derechos básicos".

Esta es una antigua petición de IU que el Gobierno no ha aplicado hasta el momento. Herrera aseguró que va a volver a trasladar al Gobierno esta petición y a pedir una "revisión profunda de la ayuda al desarrollo" en los países del África subsahariana.

En esos países, la ayuda al desarrollo se ha articulado mediante créditos FAD, para proyectos como la construcción de puertos para la recepción de petróleo en puertos donde opera Repsol.

IU pedirá la comparecencia en el Congreso de la vicepresidenta para que explique los planes del Gobierno e insistió en que la política del Gobierno no supone "un efecto llamada", tal y como dice el PP, sino que "hay efecto desesperación de miles de personas que se juegan su vida porque no tienen otra alternativa" que no sea "un contienente que se hunde".

Herrera insistió, por tanto, en que "hablar de un efecto llamada es demagógico" y un argumento puramente "electoralista".

En cuanto a la reforma fiscal del Gobierno, el portavoz de IU-ICV anució la presentación de un texto alternativo "para que haya una reforma fiscal progresista" y, en ese sentido, "queremos trasladar al PSOE el mensaje de que si esa reforma se pacta con los criterios de la derecha o de la derecha nacionalista, lo que haremos será ahondar en la falta deprogresividad del impuesto".

En ese sentido, Herrera anunció que su grupo va a recuperar las interveciones del PSOE durante los debates de reforma impositiva del Gobierno popular y "vamos a hacer nuestros los argumentos" para tratar de impedir que el Gobierno lleve a delante sus planes tal y como están diseñados actualmente.

Herrera insistió en que su idea no que se paguen más impuestos sino que "paguen los que ahora no pagan. España es el único país europeo en que los empresarios dicen que ganan menos que los trabajadores".