Así lo aseguró hoy ellíder renovador, Diego López Garrido, quien dijo que el grave conflicto desatado en IU-Convocatoria por Andalucía no puede cerrarse en falso como si se hubiera tratado de una mera "revuelta palaciega" o de un simple "navajeo interno" entre los distintos dirigentes de esa federación.

Nueva Izquierda confía en que la crisis provocada por la dimisión de Rejón sirva para abrir una verdadera "reflexión" sobre los errores cometidos hasta ahora.

"No nos llevarán al terreno de la batallita personal", advrtió López Garrido en rueda de prensa. "Si el relevo en Andalucía se produce en términos de revuelta palaciega, eso no vale. Hay que cambiar de política, y como consecuencia de ello, poner una nueva dirección que se identifique con la nueva política. Si Izquierda Unida no quiere ver la realidad, las crisis se harán crónicas".

A su juicio, nadie puede dudar que algo se está "moviendo" en los interiores de Izquierda Unida, como demuestra la dimisión de Rejón y la renuncia al cargo reciente del coordinadr federal de áreas, Javier Esperanza.

En su opinión, estos hechos servirán para hacer comprender a más gente dentro de la coalición que no se puede seguir con la teoría de las "dos orillas" ni abriendo una legislatura en el Congreso presentando iniciativas pasadas, como las que han planteado IU sobre el GAL verde o el "caso Sarasola".