El portavoz de la coalición aseguró que dicho inmueble está catalogado con el número 11 de los edificios con protección oficial del Plan Especial Villa de Madrid y cuenta, además, con el nivel I de protección del Plan eneral de Ordenación Urbana.

Sin embargo, continuó, el proceso de este edificio es la crónica de una ruina anunciada, ya que hace un mes la Gerencia determinó que era necesario realizar obras de acondicionamiento en él porque existía peligro, pero no afirmó entonces que hubiera que declararlo en ruina.

No obstante, afirmó que Lojona, empresa que lo adquirió hace unos 8 meses, recurrió a este organismo porque el edificio estaba en malas condiciones. El proceso continuó con el decreto de Gerencia d deshaucio provisional de los inquilinos y finalizará el viernes con su declaración de ruina.

A su juicio, este caso es una de las muestras más clamorosas de la inhibición municipal contra la destrucción del patrimonio histórico de la ciudad y una "acción simultánea y perversa con la propiedad".

El otro edificio que será declarado en ruina el próximo viernes es el situado en el número 26 de la calle Rafael del Riego, en el distrito de Arganzuela. Sus propietarios, aunque inicialmente solicitaron a declaración de ruina, renunciaron posteriormente a ello, tras alquilar el inmueble a la empresa Expreso Comercial.

Herrera, quien dijo que son dos casos emblemáticos de la especulaciónn inmobiliaria, propuso para acabar con estas actuaciones que el Ayuntamiento se muestre más beligerante y "no deje caer los edificios".

Asimismo, pidió una actuación más adecuada del departamento de Disciplina Urbanística, que permita detectar a tiempo los edificios que se van deteriorando.

Finalmente, aseguó que el consistorio debería ejercer la acción sustitoria, es decir realizar las obras necesarias y pasar a la propiedad los costes, "con lo que se eliminarían el 80 por ciento de las declaraciones de ruina".