Calderón de la Barca, peruano de 32 años, ha trabajado como chófer para el matrimonio Boyer-Preysler durante casi un año, desde mayo de 194. No mantenía ningún tipo de contrato laboral y su sueldo era de 135.000 pesetas.

En la entrevista, el que fuera chófer del matrimonio señala que Isabel Preysler "es muy exigente, maniática y paga poco. Ella se encarga de entregar el sueldo a todos sus empleados".

Respecto a Miguel Boyer, Pedro Calderón afirma que "es un hombre educado, muy correcto, que siempre lo pide todo por favor". "Sus hijos", añade, "tratan muy bien al personal y yo tenía una buena relación con Tamara. El año pasado, en Mrbella, la niña me organizó una fiesta sorpresa por mi cumpleaños. Durante el mes que pasamos allí, todo fue muy distinto a este verano. Isabel toleraba todo tipo de bromas en la mesa, cosa que en Madrid nunca acepta, y las comidas y las cenas se celebraban de forma distendida".

Pedro Calderón, que este verano ya no trabajaba para la pareja, fue llamado para sustituir al chófer actual, que se había roto un brazo. "En los días que he pasado en la casa", relata, "no han salido en ningún momento, ni siquera las pequeñas. Isabel ha estado nerviosísima, sufría cambios de humor muy bruscos y era raro verla sonreir. Ha pasado la mayor parte del tiempo en la habitación y Miguel en la biblioteca leyendo, que es una de sus grandes pasiones".

"Lo que sí he notado", añade Calderón de la Barca, "es que están más distanciados. La señora sólo bajaba para echarle la bronca a la cocinera porque había gastado mucho. Toda la comida que sobra se la come el servicio. En esa casa no se tira nada".

CINCO HORAS AL TELEONO

Respecto a la relación que mantiene en la actualidad la pareja, Pedro Calderón afirma que "se enfadan frecuentemente porque Isabel le hace esperar a las horas de las comidas, ya que habla continuamente por teléfono -entre cuatro y cinco horas al día-. Por eso, en más de una ocasión él se cansa y come solo".

A juicio de Pedro Calderón, Isabel Preysler es una buena madre, "su mayor preocupación es la felicidad de Chábeli. En general se preocupa mucho por sus hijos y, sobre todo, por el futuro d sus carreras. A las pequeñas, que son buenas estudiantes, les anima a que cumplan con sus tareas escolares. También es una madre tolerante y les deja cierta libertad. Tamara y Anita pueden llevar sus amigas a casa siempre que lo deseen y se muestra como una madre cariñosa y atenta".

Según Pedro Calderón, Isabel Preysler no tiene muchos amigos. "Es una persona muy desconfiada y de pocos amigos. Su mejor amiga y en la que más confía es en Elena Benarroch. Otro que visita frecuentemente la casa es el marimonio Solchaga. Cuando reciben a sus amistades, Isabel es una perfecta anfitriona. Suelen tener conversaciones divertidas y amenas".

Respecto a los temores de la pareja, el ex chófer señala que "tanto Miguel como Isabel temen lo que pueda hace Ruiz Mateos. Una de las veces que más enfadada y nerviosa la he visto fue el año pasado en Marbella, cuando este señor colocó al lado de la casa unos altavoces con canciones de Julio Iglesias".

"La situación no pudo ser más incómoda", añade Pedro Calderón "Iban a salir a cenar con unos amigos y finalmente dicidieron quedarse en casa. Otro de los temores de Isabel es la prensa, más desde la separación de Chábeli. No sé por qué no ha querido hacer ningún comentario, aunque en ocasiones no haya tenido más remedio que limpiar la imagen de su hija. No la he visto comentar el tema ni con su marido, claro que nunca suele hablar de sus hijos con él. Boyer vive pendiente de la pequeña y no le importan los problemas del resto".