En declaraciones a Rne, Pujol sostiene que su partido viene pidiendo desde hace tiempo una revisión de ese sistema porque el debate no es quien recibe más o menos sino que se centra "en cifrar las cantidades" que le corresponde a cada uno.

Por otro lado, el máximo dirigente de CiU ha reconocido que la coalición tuvo "tensiones internas" que se pusieron de manifiesto en torno a las pasadas elecciones del 13 de junio.

"Y calquier problema", añadió, "es objeto, a veces, no solamente de discusiones entre nosotros sino que tiene una trascedencia pública y mediática muy exacerbada".

Esta circunstancia, insistió, perjudicó a CiU en los resultados de los comicios, pero esta formación, dijo durante muchos años ha estado prestando un gran servicio a Cataluña, ocupando "el centro nacionalista" y vertebrando el país. Un servicio que se extiende al conjunto de España "porque hemos introducido unas actitudes generalmente de moderaión, equilibrio y voluntad de estabilidad".

A juicio del presidente de la Generalitat, eso es "un capital y una posibilidad de futuro" y CiU no va a renunciar a eso y quiere "mantener" la coalición.

Por último, Jordi Pujol se ha mostrado dolido por los incidentes racistas de las últimas semanas en Tarrassa (Barcelona) y Banyoles (Gerona). La política de CiU ha sido siempre la de "integración" y se puede mejorar.

"La incorporación de toda persona que viene de fuera es una cuestión de honor poque somos un país que estamos acostumbrados a recibir muchas gente que viene de fuera", concluyó.