Según informan hoy los diarios "El País" y "Cinco Días", los socialistas pretender convertir esta reform en la estrella de su próxima campaña electoral, en contraposición a la reforma fiscal que ultima el Gobierno de José María Aznar.

Los socialistas prevén abolir los actuales tramos del IRPF, que van del 15% al 48%, para unificarlos en un tipo único, con medidas correctoras para las rentas más bajas.

De esta manera, todo tipo de rentas -incluidas las plusvalías-, se someterían al mismo tipo impositivo, de manera que se anula la actual situación, en la que la venta de un piso o un fondo de inversió tributa al 18%, mientras que una renta de trabajo puede estar gravada hasta con el 48%.

Así, según el PSOE, se evitaría el mal uso de las conocidas como "ingenierías fiscales", entre las que la más conocida consiste en crear empresas ficticias para que las rentas del patrimonio tributen al 35% y no al 48%.

El PSOE ha tomado como referencia para el nuevo IRPF el actual Impuesto de Sociedades, por el que las empresas tributan en función de sus ingresos entre un 22% y un 28%, aunque el grupo de exprtos económicos socialistas todavía no ha fijado la cuantía del tipo único.

Por otra parte, la propuesta aboga por la erradicación del actual modelo de deducciones y desgravaciones, a cambio de fijar una "renta ciudadana" o mínimo de subsistencia, que se descontaría de la cuota del impuesto. Desaparecerían las actuales desgravaciones referidas a vivienda, planes de pensiones, donaciones, etcétera.

En definitiva, los socialistas pretenden que el tipo único de IRPF sirva para crear un modelo imposiivo más progresivo sobre el nivel de rentas, de manera que pague proporcionalmente más quien más gana.