En declaraciones a Servimedia, explicó además que la reforma provocará un descenso de la recaudación que conducirá necesariamente a una reducción del gasto público o a una subida del déficit del Estado.

Aunque consideró "temerario" aventurar cifras sobre las consecuencias recaudatorias, que el Goierno estima en 200.000 millones de pesetas, recordó que el propio gobernador del Banco de España, Luis Angel Rojo, advirtió recientemente sobre el "inexorable" descenso del gasto si se reduce la recaudación.

Si ésto es realmente así, el impuesto será "regresivo" no sólo en los ingresos, al cargar menos sobre las rentas altas, sino desde el punto de vista del gasto, ya que los recursos reducidos "serán aquéllos con los que se financian las políticas que benefician sobre todo a las rentas bajas".

or todo ello, consideró que el impuesto es un "asalto en toda regla" a la progresividad del impuesto y un "atentado" contra el precepto constitucional que garantiza la menor presión fiscal sobre los que tienen menos recursos.

Tanto si se mira la bajada de los tipos marginales, como la reducción de los tramos, o el llamado "mínimo vital", la reforma convierte al IRPF en un impuesto "regresivo" contra el que los socialistas opondrán "toda la fuerza política", agregó.

Luis Martínez Noval comentó adeás que Rodrigo Rato "merece muy poco crédito" para acomenter una reforma de este calado, porque "la derecha a la que representa nunca ha tenido especial simpatía por este impuesto" y, prueba de ello, es que en los años ochenta respaldó una propuesta de su grupo "que pretendía la sustitución total y completa del IRPF por un impuesto sobre el consumo", una iniciativa que consideró "un tanto estrafalaria".