No obstante, Rubio expresó su cautela sobre el alcance de la reforma en lo que afecta a los divorciados y aprovechó para recordar la situación fiscal de este colectivo en España, que "hoy es aún de clara discriminación".

Esta organización reclama del Gobierno el mismo trato fiscal que se ofrece a cualquier otro padre o madre, de forma que puedan educirse de la base imponible las cantidades pagadas por alimentación de hijos, y aplicarse la reducción general por hijo que disfruta cualquier otra familia.

A su juicio, la actual situación, "además de discriminatoria, porque conlleva una doble tributación, impide el reconocimiento de la paternidad, ni siquiera a efectos fiscales", porque "se nos aplica la retención de solteros y tributamos como tales, es decir, como si no tuviéramos hijos, pero contribuyendo a su manutención".