Para Nueva Izquierda, según un comunicado de prensa, la reforma del IRPF, "además de suponer un privilegio para las rentas más elevadas, impone una alteración sustancial del sistema de financiación autonómica".

Según Berga, "para mantener el estatus financiero actual, las compensaciones que se deberán efectuar a las comundades autónomas exigirán una nueva liberación de servicios y de las transferencias del Estado, situándola en parámetros que pueden hacer inviable el actual modelo de financiación autonómica".