Lo hizo en su intervención en el acto de clausura de la Universidad de Otoño de Podemos, donde, tras agradecimientos emocionados a la secretaria general y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, y a la eurodiputada Idoia Villanueva, defendió que lo mejor del país es el movimiento feminista, incluyendo ahí a las personas LGTBI y, en particular, las trans, que “no van a dejar que nadie, ni desde la izquierda ni desde la derecha, les robe sus derechos”. Les prometió: “No os vamos a soltar la mano y la ley trans será ley”.

Luego ya en clave de partido, afirmó que Podemos se define por estar convencidos de que “es posible hacer lo que todo el mundo nos dice que es imposible” y “por decir la verdad por incómoda que sea”; por ejemplo, promoviendo “construir una cultura de paz” y no dejarse “llevar por los discursos militaristas y belicistas que generan sufrimiento a nuestro pueblo”.

En la línea con la campaña que su pareja y exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, lleva promoviendo en los últimos tiempos, criticó “el cinismo y la hipocresía de la progresía”, que renuncia a perseguir objetivos “sólo porque da pereza o miedo intentarlo”.

A continuación proclamó: “Nos definimos, no sólo por lo que proponemos, sino porque hacemos lo que decimos y conseguimos lo que proponemos. Somos una forma de hacer política que siempre consigue lo que se propone, tarde o temprano, porque no nos dejamos vencer por la presión”. Uno de los ejemplos que citó fue la entrada en el Gobierno de coalición, sin aceptar un mero acuerdo pragmático con el PSOE. Algo que, puntualizó, se logró “gracias a la firmeza de Podemos; de Podemos”. IU, ahora más próxima a la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que a ese partido, abogó por pactar sólo el programa.

En alusión a la renovación frustrada del CGPJ, Montero también reivindicó: “Nos negamos a aceptar las reglas del juego de quienes quieren mandar sin presentarse a las elecciones. No aceptamos sus reglas mafiosas del juego”.

La ministra comparó que la “derecha mediática” sólo tardó 24 horas en disuadir al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, de pactar el CGPJ, con la constante presión que lleva años aguantando Podemos, y se reafirmó en su apuesta por la jueza Victoria Rosell, presente en el acto, víctima de un veto del PP que aceptaron el PSOE y la propia Díaz.

“No va a ser el PP el que le diga a Podemos qué candidatos tiene que tener”, gritó. Y, dirigiéndose a Rosell, le repitió que ella es su “candidata para regenerar la justicia de nuestro país”. Todo el auditorio prorrumpió en una ovación a la aludida, quien sonreía y daba las gracias con la mirada por el homenaje.

Como ayer en una mesa redonda, Montero terminó alertando de que en las próximas elecciones generales el PSOE y el PP volverán a intentar implantar el bipartidismo y “destruir a Podemos”. Pero ella presentó vigorosamente a su formación como “la fuerza que hace imposible al régimen del 78 recomponer los consensos sociales” y “que todo el mundo acepte sus privilegios”, y se marcó como objetivo volver al Gobierno pero “sin tantas trabas” como implica estar en minoría respecto al Partido Socialista.