Tras estas palabras, el jefe del Ejecutivo añadía: "España puede y debe asumir una responsabilidad significativa en la recuperación de la vida civil y en la estabilización de Iraq después del conflicto".

Fuentes gubernamenales remachaban esas frases explicando que el debate parlamentario sobre guerra sí o no, y sobre la aportación española, "ya ha pasado y ahora estamos en otra fase". Este período será la era post-Sadam Hussein, que puede requerir el entendimiento entre las dos principales fuerzas políticas españolas, de cara a esa "responsabilidad significativa" que el presidente del Gobierno quiere para el país en la reconstrucción de Iraq.

Media hora después de la intervención de Aznar, el secretario general del PSO echaba un jarro de agua fría sobre esas intenciones, al condicionar ese entendimiento a un retroceso del Gobierno en sus posiciones de apoyo al presidente de los EEUU, George W. Bush, y el rechazo al uso de las bases por parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses y al envío de cualquier tipo de tropas.

Eso supondría, en la práctica, el regreso a bases españolas del buque logístico "Marqués de la Ensenada", del buque-hospital "Galicia", y de la fragata de escolta "Reina Sofía", con los 900 militaresque llevan a bordo.

Por otro lado, y respecto a un posible alargamiento no previsto del conflicto, como apuntó anoche George W. Bush, las fuentes oficiales españolas no han querido ponerse en ese escenario, que sería muy negativo en cuanto a las expectativas del PP de cara a las elecciones del 25 de mayo.

Estas fuentes sostienen que Bush no ha hablado en futuro, sino en condicional, aunque admiten que "las cosas no siempre salen como están planteadas". "Entre otras razones", insistieron estas fuetes, "porque no sabemos qué va a hacer Sadam".