Como consecuencia de la carencia de agua potable, son muy frecuentes las enfermedades derivadas del consumo de agua contaminada, sobre todo entre los niños. Según Unicef, uno de cada diez iraquíes muere antes del quinto mes de vida debido a diarreas y otras enfermedades debidas a la contaminación del agua, causante del 70% de las muertes.

"Si el estado del abastecimiento urbano era ya de por sí lamentable, la situación ha empeorado sustancialmente como conseuencia de los ataques", afirma en un comunicado la organización, que advierte de que "si esta carencia se prolonga durante semanas, la población civil de las ciudades bombardeadas sufrirá masivamente las enfermedades producidas por el agua contaminada, como tifus o hepatitis, entre otras".

Ecologistas en Acción ha pedido al presidente del Gobierno, José María Aznar, "que no haga la guerra más terrible de lo que ya es y que exija a sus socios Bush y Blair que dejen de violar la Convención de Ginebra y espeten y restablezcan los abastecimientos de agua potable en las ciudades que han destruido".