El psiquiatra norteamericano Roger Pitman, de la Universidad de Harvard, y el canadiense Karim Nader, de la universidad Mc Gill de Montreal, están estudiando si es posible modificar los recuerdos de estas vivencias, antes de que se almacenen en la memoria a largo plazo, mediante fármacos que reduzcan los niveles de hormona del estrés, responsable de almacenarlos en la memoria profunda con una especial intensidad.

Para ello, han llevado a cabo un estudio piloto en el que participaron 19 víctimas de experiencias traumáticas. Una parte de ellas recibieron durante diez días propranolol -un fármaco que actúa sobre los receptores cerebrales y que se utiliza para el tratamiento de la hipertensión- y al resto se les administró un placebo.

Tres meses después, los miembros del primer grupo experimentaban menor ansiedad que los del segundo al escuchar una grabación describiendo su vivencia traumática.

Actualmente, ambos equipos están llevando a cabo un segundo experimento para averiguar si este tratamiento podría ser beneficioso para personas que sufren estrés postraumático desde hace muchos años.

Para ello, harán recordar a estas personas sucesos vividos hace mucho tiempo, a veces hasta 20 o 30 años, que originaron esta patología, y después les administrarán propranolol con el fin de determinar si el fármaco es efectivo para modificar estos recuerdos, creando una versión menos estresante antes de que vuelvan a almacenarse en la memoria profunda.

"El objetivo de nuestra investigación no es borrar los recuerdos, ya que muchas personas consideran que forman parte de su identidad; sólo pretendemos hacerlos menos angustiosos para evitar que se produzca el estrés postraumático", explicó Nader.