En su intervención en el debate de investidura de Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, el portavoz peneuvista, Josu Erkoreka, le pidió "coraje" y asunción de riesgo para abordar la complejidad del problema vasco.

En su respuesta, el líder socialista le recodó que en democracia el respeto a los procedimientos y las reglas es "sagrado", gusten más o menos, y si no existe ese respeto, "habrá respuesta democrática. Sin demonizar nada, pero respuesta democrática".

Sin nombrar apenas expresamente el "Plan Ibarretxe", Rodríguez Zapatero insistió en que un marco de convivencia, se llame Estatuto o de cualquier otra forma, requiere un gran consenso y, en el caso de Euskadi, la inclusión de nacionalistas y no nacionalistas.

Le pidió, casi al concluir su respesta, una "rectificación" del Gobierno vasco en esta materia, tanto en las formas como en el fondo de su iniciativa. "Le convoco a la rectificación, razonable, sin aspavientos y sin descalificaciones. Le ofrezco el diálogo institucional pleno con el Gobierno vasco".

En una última dúplica de apenas dos minutos, Erkoreka expresó su "perplejidad" por esta petición "de última hora" que juzgó incompatible con el diálogo. Por el contrario, y ya en el cierre del debate, Rodríguez Zapatero le informó de que eta misma sugerencia se la hará personalmente al lehendakari en una conversación abierta que espera tener con él, y que además aspira a convencerle.

Erkoreka le había preguntado al líder socialista si encarna una alternativa real al PP o es "la misma de fondo pero expresada con formas más amables".

Pese a la "esperanza" generada por los resultados de las elecciones generales, Erkoreka dejó ver también su "escepticismo" ante la posibilidad de que al abordar el problema vasco "las izquierdas españols sean parecidas a las derechas españolistas".

"A mí me cuesta, pero estoy dispuesto intelectualmente al oportuno debate", le dijo después Rodríguez Zapatero, dentro de un debate cargado de mensajes pero con un tono visiblemente relajado por ambas partes.

En una respuesta más seria a esa pregunta de Erkoreka, Rodríguez Zapatero subrayó que en democracia son las formas las que dan el ser a las cosas, y le garantizó el comienzo de una nueva etapa en este sentido.

"Se acabó el lenguaje despectio desde el poder, se terminó el desprecio al diálogo, se pone fin a la negación de la diversidad, el valor de la pluralidad será siempre reconocido desde el poder y desde el Gobierno", le aseguró.

El líder socialista juzgó "lógico" el escepticismo de los nacionalistas vascos y expresó incluso su alegría por este sentimiento, porque lo que venga "será mejor", y de ahí se puede pasar a la esperanza, la simpatía, la confianza y al apoyo, progresivamente.

"EL CUATRIENIO NEGRO"

Erkoreka dedicó el incio de su intervención a criticar duramente los últimos años de gobierno del PP, un "cuatrienio negro" para la democracia, caracterizado por "contrarreformas" y modos "prepotentes" escondidos tras "el banderín de una democracia fuerte y sin complejos".

Una de las aportaciones de "la era Aznar" a la convivencia, denunció, ha sido el rescate de expresiones como "rojo, separatista", pronunciadas "con el mismo tono peyorativo utilizado por los próceres del franquismo".

Con estos antecedentes, dijo, s comprende "la exaltación" de los grupos parlamentarios al comprobar la disposición al diálogo del candidato socialista. Algo, decía, que no debería ser valorado como cualidad personal sino algo dado por hecho en un dirigente democrático.

Erkoreka subrayó que para el PNV "nadie sobra" en Euskadi, ni los que directamente sufren la violencia, ni tampoco los que introducen papeletas en las urnas con la leyenda "no a España". "Esa es la complejidad que nos toca resolver", advirtió.

Para ello, alertó,no sirven soluciones "simplistas" como las que propondrán quienes quieran eludir la pluralidad para abordar soluciones únicas basadas en "delirios imperiales".

Zapatero señaló como requisito de solución el compromiso prioritario de todo gobierno, también el vasco, con el final del terrorismo, y con una cooperación leal y sincera "sin ninguna reserva" con el central.

Ese será uno de los objetivos del Gobierno socialista, dijo Rodríguez Zapatero, que vaticinó una legislatura de "gran trascendencia"para el futuro de la situación del País Vasco y del final del terrorismo.

Su objetivo, le dijo en varias ocasiones, es que todos los ciudadanos, también todos los vascos, se sientan "mínimamente" partícipes de un proyecto común. "Yo lo voy a intentar, a ver si entre todos lo conseguimos".