Según los datos facilitados por la Dirección General de Transacciones, de este volumen de inversiones exteriores directas en España, un 53,76% corresponde a la compra de sociedades y un 22,92% a ampliaciones de capital. Las transmisiones de acciones de empresas españolas entre no rsidentes alcanzaron un volumen en ese período de 131.948 millones de pesetas.

El Ministerio de Economía destaca también que de todos los proyectos de inversión verificados por la Administración, un 15,28% corresponden a la constitución de sociedades nuevas, mientras que en el mismo período del año pasado sólo un 2,6% del dinero se destino a este fin.

Para el equipo de Pedro Solbes, esta situación denota un interés de los inversores extranjeros por el establecimiento de nuevas actividades en Españ, y no solamente por el mantenimiento o financiación de las existentes.

Las cifras facilitadas, según Economía, también dejan ver un mayor saneamiento de las empresas españolas, ya que en el primer trimestre de 1994 se destinó el 31% de las inversiones extranjeras a mejorar la salud financiera de las empresas, mientras que en el mismo período del 95 esta razón se adujo en sólo un 8% de las aportaciones económicas planteadas.

La Unión Europea se mantiene a la cebeza en la procedencia de las inversones extranjeras en España, aunque dentro de estos países destacan las procedentes de los Países Bajos, mientras que dentro del país, son Madrid y Cataluña las que continúan concentrando la mayor parte de este flujo económico exterior desde 1994.

Sin embargo, es destacable el crecimiento que, según Economía, han empezado a registrar otras comunidades autónomas, como es el caso de Aragón, Valencia, Euskadi y Navarra.