Según informó hoy en un comunicado la Dirección General de la Policía Nacional y la Guardia Civil, el destino final de la droga era Palma de Mallorca, pero los traficantes cambiaron la ruta por motivos técnicos.

La operación es el resultado de una investigación desarrollada sobre un grupo organizado de ciudadanos holandeses y españoles afincados en la Costa del Sol, Marruecos y Holanda, que se dedicaban a la introducción de importantes cantidades de hachís mediante embarcaciones de recreo desde las costas marroquíes hasta España.

Los encargados de transportar la droga desde Tánger, a bordo del yate "See Pilot" con bandera holandesa y 11 metros de eslora, partieron de Cádiz a principios de mes y el día 18 los investigadores detectaron el barco de regreso a España, por lo que se estableció un dispositivo de vigilancia.

Días más tarde se observó cómo uno de los tripulantes, de nacionalidad holandesa, sacaba del interior de la embarcación tres recipientes de gasolina de color verde, de 25 litros cada uno, y los introducía en un vehículo.

Al día siguiente, cuando otro de los tripulantes trataba de hacer lo mismo, los agentes procedieron a la detención y comprobaron que los recipientes de gasolina estaban completamente llenos de pastillas de polen de hachís.

En los registros del barco y de domicilios se han intervenido tres revólveres, dos carabinas, munición, ordenadores portátiles, teléfonos móviles y un vehículo de gama alta. La investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.