Este informe elaboado por Intermón revela la tendencia de los países miembros de la OCDE a rebajar los porcentajes de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), cuya media se ha situado en 2000 en el 0,22% del PNB frente al 0,33% que se destinaba en 1990, lo que supone un tercio menos de ayuda, "y está muy lejos del 0,7%, que es el compromiso internacional", denunció el director general de Intermón, Ignasi Carreras.

En este contexto, España se sitúa en el cuarto lugar por la cola superando únicamente a Grecia (0,19%), Italia (,13%) y Estados Unidos (0,10%). Al frente de los países más solidarios se mantiene Dinamarca (1,06%), seguida de Holanda (0,82%), Suecia (0,81%) y Noruega (0,80%). En este año 2000 también destaca el aumento de la ayuda que han destinado Gran Bretaña, que ha pasado del 0,24% de su PNB en 1999 a un 0,31%, o Bélgica (del 0,30% al 0,36%).

Para Intermón, la ayuda que destina el Gobierno español es "escasa". También denuncia que la agenda de cooperación española viene marcada por intereses comerciales, polticos y de difusión de la cultura española, "pasando por encima de los principios de solidaridad y justicia recogidos en la ley y mermando el objetivo fundamental de la ley de cooperación internacional al desarrollo, que era el de la eficacia de la lucha contra la pobreza".

En conclusión, Intermón recalcó que la política de cooperación del Gobierno español no permite abordar el reto de la erradicación de la pobreza en un mundo globalizado, "primero porque es escasa, más escasa que nunca, y porque estámal orientada, poco orientada a los países menos avanzados y poco orientada a los servicios sociales básicos, como la educación, la salud, el agua o los microcréditos, que son los que permiten que las poblaciones puedan abordar el desarrollo".

Como ejemplo de las consecuencias de la disminución en la ayuda que destinan los países desarrollados, explicó que si en el año 2001 hubiera una AOD del 0,33% del PNB de los países de la OCDE, habría como AOD una cantidad de 26.500 millones de dólares superior ala que hay en la actualidad.

"Esa cifra es tres veces más que lo que costaría anualmente la escolarización de los 125 millones de niños y niñas que ahora no pueden ir a la escuela, un factor determinante para poder abandonar la pobreza y poder tener un mundo más seguro y menos vulnerable a la actuación de extremismos e integrismos violentos", aseguró refiriéndose al contexto actual.

En este sentido, señaló que los principales dirigentes del mundo deberían darse cuenta de que, en el actual context de lucha internacional contra el terrorismo y de búsqueda de una mayor seguridad internacional, un mundo más justo, un mundo donde muchas personas puedan acceder a unas condiciones de vida dignas, es, al mismo tiempo, un mundo más seguro y un mundo más cohesionado.

Por todo ello, aseveró que la Ayuda Oficial al Desarrollo es "clave" para asegurar los derechos sociales, económicos y civiles de todas las personas, es "fundamental" para que todas las personas puedan beneficiarse de las oportunidades quegenera la globalización, es "esencial" para conseguir un mundo donde haya mayor y mejor gobernabilidad local e internacional, y también para asegurar la ayuda humanitaria necesaria en cualquier tipo de situación.