En una primera actuación de máxima emergencia se distribuyeron artículos de primera necesidad (alimentos y medicinas) y elementos de reactivación productiva a corto plazo (semillas y animales de granja).

Según fuentes de la organización, en la primera fase de urgencia se trabajó también en la reconstrucción de infraestructurs básicas como viviendas, caminos, puentes y sistemas de emergencia.

Intermón respondió en esta primera fase con 271 millones de pesetas para cubrir las necesidades de 180.000 personas afectadas por la catástrofe.

A partir de enero 1999 se iniciaron proyectos encaminados a posibilitar un futuro en el que sean las poblaciones afectadas las que tomen la iniciativa de su rehabilitación y desarrollo.

A tal fin se han destinado 962 millones de pesetas para la realización de proyectos de rehabilitción y reconstrucción, así como de generación de ingresos y apoyo organizativo en todos los países afectados.