Además, según Hertfelder, esta ley relega a una situación de absoluta indefensión al cónyuge no solicitante, quien no podrá oponerse a la acción de separación o divorcio, sino tan sólo a las medidas invocadas por el cónyuge peticionario de dicha opción.

Según esta institución, la ley de extensión del divorcio introduce tres modificaciones "muy negativas": la eliminación del tiempo de separación previo (periodo de reflexión), la unilateralidad (el que uno de los cónyuges puede solicitar unilateralmente sin necesidad del consentimiento o acuerdo del otro cónyuge), y sin concurrencia de causa alguna.

Por otro lado, en lo referente a la ley de uniones homosexuales, Hertfelder estima que "vulnera la voluntad popular al no debatir previamente la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) presentada por el Foro español de la Familia".

"La ley que equipara las uniones de homosexuales al matrimonio y la familia supondrá un acto de injusticia y agravio para con el matrimonio y la familia. La posibilidad que introduce de adopción de niños por este colectivo de homosexuales, sería una auténtica barbaridad, ya que se impediría a los niños el tener un padre y una madre además de las consecuencias psicológicas y sociales negativas que provocará en el niño al no poder disponer de la complementariedad y desarrollo armónico que aporta la educación y convivencia con un padre y una madre", remató Hertfelder.

El presidente del Instituto de Política Familiar, concluyó aseverando que estas dos leyes "son desacertadas y regresivas, van a en contra de la familia y la infancia y han sido tomadas sin contar con la voluntad popular ni con agentes sociales y expertos. Son leyes más propias de actitudes 'famifóbicas' que de potenciación, promoción y/o ayuda a la Familia".