La propuesta del Instituto de la Mujer se integraba en el programa "nombra.en.red", consistente en un CD en el que ofrecía una base de datos con múltiples soluciones para eliminar el masculino genérico del lenguaje.

En la rueda de prensa que convocó el Instituto el 29 de noviembre de 2006 para presentar el programa, se tomó precisamente como ejemplo la palabra "miembros". Ante esta expresión, se propuso hablar de "cada miembro", "los y las miembros" e, incluso, "miembros y miembras".

En la misma conferencia de prensa, este organismo presentó el libro "Las profesiones de la A a la Z", con el que también buscaba fomentar un uso no sexista de la lengua.

"Albañila", "estudianta", "bachillera", "bedela" o "elaboradora" eran algunas de las palabras que pedía reconocer.

La directora del Instituto de la Mujer, Rosa María Peris, denunció entonces la existencia de forma lingüísticas que "denigran a la mujer", así como de una tendencia "antropocéntrica" que se difunde, según dijo, desde la propia Real Academia Española.