La sentencia del Alto Tibunal da la razón al Insalud frente al Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, que había recurrido el Real Decreto que permitía una doble vía de distribución de los accesorios sanitarios: mediante receta o por entrega directa en centros de salud.

El Real Decreto 9/96 de 15 de enero establecía la entrega directa en centros residencias de la tercera edad de productos como algodón, esparadrapos, gasas, vendas, apósitos, inhaladores, productos de ostomía, cánulas y absorbentes de incontinncia de orina, entre otros.

El Tribunal Supremo considera que el Real Decreto no produce discriminaciones económicas, ni desigualdades en el suministro de los artículos ni vulnera la intimidad de los pacientes, como alegaban los farmacéuticos.

Sobre este último aspecto, el Alto Tribunal argumenta que la entrega de estos productos se realiza de forma individual, de tal manera que "tanto el dispensador como el usuario pueden disponer lo conveniente en cada caso para evitar la publicidad o el conociiento de terceros" sobre la dolencia del paciente.

Asimismo, señala que la defensa de los intereses o derechos de los usuarios, en este caso de los pacientes, es algo que corresponde a las asociación de consumidores y usuarios, y no a los Colegios Oficiales de Farmacéuticos.