Según explicaron a Servimedia fuentes socialistas, algunos parlamentarios, como Mercedes Gallizo, diputada de Nueva Izquierda por Zaragoza, pidió a la dirección del partido que comprenda la situación minoritaria en la que se encuentran algunos gobiernos autonómicos, como el aragonés y el balear, y la presión que ello supone.

Gallizo quitó relevancia a las consecuencias que podría acarrear la presentación de un recurso de inconstitucionalidad, y alertó de que es el debatesobre ello, más que la iniciativa en sí, lo que está dando oxígeno al PP.

En contra de estas consideraciones, y como ya había hecho en su intervención abierta a los medios de comunicación, Rodríguez Zapatero advirtió de que la gestión de la inmigracion en España no debe ser decidida por un puñado de magistrados, sino por la Cámara legislativa en representación de los ciudadanos.

Se trata, explicó, de que toda la sociedad española decida "cómo vamos a convivir con los que vienen de fuera", y esa e una batalla que hay que ganar entre los ciudadanos, para que sea sólida y duradera.

"SOBREACTUACION ENLOQUECIDA"

A pesar de rechazar con estos argumentos la presentación del recurso de inconstitucionalidad, el líder socialista arremetió contra la ofensiva desplegada por el PP hacia el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias.

Ante todos los parlamentarios, algunos de los cuales le reclamaron un cierre de filas en torno a Iglesias, Rodríguez Zapatero expresó su respaldo más absoluto al presidene aragonés frente a los "insultos" del PP.

El secretario general del PSOE cargó duramente contra la actitud mostrada por los dirigentes territoriales del PP durante su encuentro para respaldar el Plan Hidrológico del Gobierno, y llegó a tachar sus descalificaciones a Iglesias de "despropósito" y "sobreactuación enloquecida".

En esta misma línea, el portavoz del Grupo Parlamentario, Jesús Caldera, dijo en rueda de prensa que esta actitud muestra el "nerviosismo" del PP a pesar de su mayoría absolua.

Además, Caldera respondió al vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy. El "disparate", dijo, es aprobar una ley que niega derechos fundamentales a los inmigrantes irregulares pero que no se puede aplicar, como se está viendo en las últimas semanas.