Chaves, que presidió el acto de apertura del III Congreso sobre la Inmigración en España, que se celebra en Granada, destacó que "no cabe la indiferencia" a la hora de afrontar la realidad de la inmigración, una cuestión en la que "hay que trabajar tanto en el ámbito de la racionalidad como en el del sentimiento".

Comentó que "no debe caerse en un falso reduccionismo que simplifique el fenómeno" de la inmigración, y añadió que tampoco puede hablarse "sin más de los inmigrantes ignorando su variedad de procedencia ni puede encerrarse a la sociedad de acogida en el marco de un universo homogéneo".

El presidente de la Junta ha considerado "imprescindible" una política "realista", en el sentido de reconocer "lo irreversible de este fenómeno migratorio" y, al mismo tiempo, "no dejarse llevar por una política de puertas abiertas para todos".

Asimismo, reivindicó que los presupuestos de la UE contemplen un "tratamiento singularizado" para comunidades que, como la andaluza, fnancian con sus propios recursos el sobrecoste que supone atender a los inmigrantes, a la vez que ha reiterado la "necesidad de un pacto de Estado en materia de inmigración".

AYUDA AL DESARROLLO

Además, reconoció que a Europa "le falta una política mucho más agresiva en materia de cooperación y desarrollo con países emisores de emigración", y apeló a la reducción de la brecha entre el Norte y el Sur como única forma de "limitar los desplazamientos de población en una sociedad cada vez más globalizad".

A su juicio, el tratamiento de este fenómeno "obliga a trascender un enfoque meramente normativo y a entender que sólo desde una perspectiva integral, daremos cabal respuesta al fenómeno".

A este respecto, agregó que "ya no estamos ante una cultura receptora frente a una cultura foránea", ya que "son muchas las idiosincrasias que comparten un mismo espacio territorial" y, por ello, consideró que una de las claves de la sociedad del futuro pasa "inexorablemente por resolver la relación con la oredad".

Chaves justificó su petición de "racionalidad" en que con ella se podrá "desdramatizar" el debate y lograr "consensos básicos", no con la intención de "minimizar su importancia". En este sentido, consideró necesario que no se plantee el hecho migratorio "en términos de vencedores o vencidos", ya que "todos ganan o deben ganar".