A estas dos razones se añade la preocupación por la calidad y la seguridad de los alimentos, que ha incrementado el consumo de productos ecológicos, carnes certificadas y de vino y aceite con denominación de origen aunque el precio sea más caro, explicó Espinosa en la inauguración esta tarde del VI Foro Internacional de Alimentación, en el marco de Alimentaria 2006.

Por otra parte, Espinosa recordó que su ministerio ha invertido en la rama de Alimentación durante los años 2004 y 2005 más de 137 millones de euros. Esta cifra ha generado, según Espinosa, una ayuda de los Fondos Europeos (Feoga e IFOP) de aproximadamente 317 millones de euros.

Respecto a la Política Alimentaria, la ministra defendió el desarrollo de una estrategia global de calidad, seguridad y trazabilidad como base de esta política, en la que, en estrecha colaboración con las Comunidades Autónomas y en un marco competencial compartido, la coordinación ha de jugar un papel determinante.

Por su parte, y también en el marco de la Feria Alimentaria 2006, el secretario de Estado de Turismo y Comercio, Pedro Mejía, afirmó que China supone un "desafío" para el sector de la industria agroalimentaria y de bebidas españolas.

Mejía explicó que, aunque China es un mercado con un potencial de consumo inigualable, es preciso tener una visión realista de la situación a la que este sector se enfrenta.

"La existencia de grandes diferencias de renta entre zonas, el escaso desarrollo del sistema financiero, la distribución y la logística o el comportamiento de los propios consumidores chinos, que valoran todavía en exceso el factor precio frente a otros como la calidad" son elementos a tener en cuenta, aseguró el secretario de Estado de Turismo y Comercio.