Al parecer, la mujer del detenido dirige una agencia de viajes en la localidad de Udesa (Ucrania), desde donde ofrecían trabajos domésticos en nuestro país, encargándose ellos mismos de la regulación legal en cuanto a documentación, contratos, etc. A cambio, los interesados pagaban una cantidad de dinero en la agencia y otra a su llegada a Malgrat de Mar, donde eran alojados en la misma vivienda que los detenidos.

Tres mujeres ucranianas que habían entregao 2.500 dólares en la agencia y otros 2.000 cuando llegaron a España denunciaron a los detenidos después de que éstos no les consiguieran un puesto de trabajo y exigieran otros 2.000 dólares, además de amenazarlas de muerte.