Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de febrero, cuando la Brigada de Extranjería y Documentación detectó la presencia en Ceuta de varios chinos que carecían de documentación.

Las pesquisas policiales dieron como resultado la localización en la playa de Benítez de 15 ciudadanos chinos (nueve mujeres y seis hombres), que acababan de desembarcar de una patera y una lancha Zodiac que procedían e Marruecos.

Los policías ceutíes comprobaron que varios ciuadanos orientales contactaban con "pasadores" especializados en inmigración clandestina procedente del Magreb.

Estos contactos corroboran la apertura de una nueva vía de introducción de orientales a Europa a través de Marruecos, y la conexión existente entre las redes de tráfico de seres humanos que operan en el Africa subsahariana y las organizaciones chinas.

Las investigaciones condujeron a la policía, el pasado 26 de abril, a una vivienda en la calle González Besada, donde Jun W. había ocultad durante dos meses a 30 compatriotasw. Todos ellos carecían de documentos y esperaban ser trasladados a la Península.

La cantidad que cada uno de los "ilegales" debe abonar a los responsables de la red en concepto de gastos de viaje, alojamiento y traslado es de unos 5.000 dólares (unas 910.000 pesetas). Esta cantidad deben reintegrarla trabajando en bares de alterne como prostitutas y en talleres de confección clandestinos.