El portavoz socialista esgrimió dos cartas, una del presidente del Gobierno y otra del secretario general del PSOE, intercambiadas entre ambos, de las afirmó que se desprende un "espíritu positivo" para elevar el problema de la inmigración a una "dimensión moral" y buscar un consenso máximo, no sólo de PP y PSOE,sino también de los entes económicos y sociales, comunidades autónomas, ayuntamientos y organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes.

Caldera aseguró que el Grupo Socialista quiere favorecer este debate, "quiere acercarse de modo positivo a la reforma de la ley pero, en paralelo, quiere -y así se lo ha planteado al Gobierno y éste ha aceptado- que se establezca un foro para la elaboración de una política integral de inmigración, con cálculos presupuestarios".

"Es decir", explicó, que antes de que finalice el año pudiéramos confluir en la reforma de la ley, con una serie de principios que para el Grupo Socialista son irrenunciables y, en paralelo, una política integral de inmigración que, con respaldo presupuestario, pueda empezar a cumplir sus fines a partir del ejercicio de 2001".

Caldera concluyó que las conversaciones se van a mantener a lo largo de esta semana entre los ponentes del Grupo Socialista y una delegación del Gobierno y resaltó que "creemos que se puede llegar aun acuerdo. Si el Gobierno está dispuesto a aceptar la razonable propuesta del Grupo Socialista, así será".