El objetivo es incorporar durante el presente año a 80 personas con preparación univeritaria en tareas de cooperación para el desarrollo, en un total de 15 países iberoamericanos.

"El programa pretende potenciar entre las nuevas generaciones españolas la solidaridad y sensibilidad hacia los pueblos menos desarrollados", según fuentes del Ministerio de Asuntos Sociales.

Este departamento impulsa el proyecto desde 1989 a través del Instituto de la Juventud (Injuve) y en colaboración con las comunidades autónomas y organizaciones no gubernamentales, como Cruz Roja, Solidaridad Interncional y el Centro de Información y Documentación de Barcelona (Cidob), entre otras.

Los jóvenes cooperantes recibirán un total de 12 cursos básicos durante el mes de abril en el Centro Eurolatinoamericano de Juventud (Ceulaj), situado en Mollina (Málaga), y entre los meses de junio y diciembre prestarán su colaboración de tipo técnico, al tiempo que adquieren una experiencia profesional.

La aportación de los voluntarios está amparada por un contrato del Injuve y una póliza de seguro de enfermeda y accidentes, además de la cobertura económica de los desplazamientos.

"El Injuve no renueva contratos, pero muchos jóvenes, una vez acabado este periodo, continúan trabajando en el proyecto contratados por otros organismos", señalaron las mismas fuentes.

Desde 1989 hasta 1991 han presentado su solicitud para participar en el programa "Jóvenes Cooperantes 92" más de 7.000 personas. De los elegidos, cerca del 70 por ciento eran mujeres. La mayoría de los proyectos en los que participaron eran de arácter educativo, social, sanitario y productivo.

El perfil del joven cooperante es un economista, médico, periodista, psicólogo o maestro, entre 24 y 28 años, con alguna experiencia de trabajo en su campo.