EL INI ACUSA EL FIN DE LAS SUBVENCIONES CON PERDIDAS DE 125.000 MILLONES EN 1993
- Teneo redujo sus beneficios a 3.000 millones por la recesión y la atonía de la demanda
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El INI perdió el año pasado un total de 125.000 millones de pesetas, un 58 por cien más que en el ejercicio anterior. Esta es la principal consecuencia del fin de una política de subvención a las empresas estatales en pérdidas y su sometimiento a las reglas generales de la libre competencia.
Su presidente, Javier Salas, presentó hoy en rueda de prensa los resultados del grupo de empresas estatales y de Teneo, "holding" en el que el Ministerio de Industria tiene recogidassus empresas con beneficios o posibilidades de llegar a tenerlos, que en 1993 ganó 3.000 millones de pesetas, frente a los 21.000 de 1992.
Los responsables del Ministerio de Industria saben que el resultado de este año refleja algo más que la huella de la crisis en sus empresas, y saben que su política habrá de variar mucho más de lo que lo ha hecho hasta ahora para alcanzar un horizonte de competitividad y rentabilidad en el sector público.
De hecho, el anuncio de la venta de un porcentaje de Enesa, para destinar la mayoría de los 180.000 millones de pesetas que se quiere ingresar por la operación a tapar los "agujeros" del INI y Teneo, no es más que "pan para hoy y hambre para mañana", según opinan en el INI y en Industria, aunque la realidad les impone hacerlo.
El INI, con sus once empresas en pérdidas, cuenta ya con duros planes de ajuste en todas las áreas industriales que lo integran (minería, defensa, siderurgias y construcción naval), ya que los "números rojos" llegan a los 128.300 milones de pesetas. De momento, los ajustes y regulaciones aplicados o en marcha amenazan la continuidad laboral de casi 13.200 trabajadores.
Pero no acaban ahí, ya que la dirección del INI considera que habrá que revisar los planes industriales de la construcción naval, cuya subactividad supera ampliamente el 15 por cien de las plantillas, como consecuencia de la falta de pedidos y la recesión.
Además, en Industria creen que la política de subvenciones a empresas deficitarias como Hunosa, que el ao pasado perdió 4.600 millones de pesetas según las cuentas del INI, es "una pescadilla que se muerde la cola cuando se aplica en un marco de fuertes restricciones presupuestarias", ya que "sólo sirve para mantener una actividad nada competitiva y limitar los recursos que podrían emplearse en la reindustrialización de las cuencas mineras".
Para las empresas públicas del INI, los resultados de 1993 son el "pistoletazo" de salida de una carrera por la recuperación del equilibrio financiero y la mejora d la productividad, como única salida para garantizarse la viabilidad futura, ya que tanto en el Gobierno como en el grupo industrial están plenamente convencidos de que "no es posible mantener por muchos años un modelo en el que sólo 8 de un total de 27 industrias registran beneficios".
DEFENSA Y SIDERURGIA
En defensa, donde están incluidas Santa Bárbara y Bazán, las pérdidas de 1992 sumaron 27.000 millones de pesetas y el INI ha anunciado ya a los trabajadores de la primera que debe reducir en más e 2.000 empleados la plantilla y cerrar cinco fábricas.
Las pérdidas de la siderurgia fueron de 64.300 millones de pesetas, y en la CSI, principal grupo de acero del INI, existe un plan para la reducción de 9.700 puestos de trabajo, después de haber sumado, él sólo, 50.000 millones en "números rojos" a las cuentas del INI.
Por su parte, el sector de construcción naval acumuló unas pérdidas de 29.800 millones, la mayor parte correspondientes al grupo Astilleros.
En cuanto a Teneo, sólo los abltados beneficios de Endesa (117.000 millones) han permitido equilibrar una cuenta de resultados que de otra forma habría arrojado también pérdidas, por el impacto de los 69.000 millones de pesetas de "números rojos" de Iberia, los 25.000 de Inespal, los 8.500 de Ence y los 7.000 de Indra Sistemas, entre otras.
No obstante, los responsables del INI consideran que en estas empresas sí puede hablarse de un efecto nocivo de la recesión sobre las cuentas de las compañías, ya que tanto el grupo de transpore aéreo como el de aluminio, las celulosas o el de equipos de comunicaciones tienen una fuerte dependencia de la evolución de la demanda y del nivel de actividad del resto de la economía.
(SERVIMEDIA)
25 Mar 1994
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