Nutrición saludable
La ingesta de proteína animal se asocia a una menor mortalidad en adultos mayores
-Según un trabajo internacional coordinado por un equipo español
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El consumo de proteína animal se asocia a una menor mortalidad por cualquier causa en adultos de 65 años o más.
Así lo confirma un estudio internacional liderado por el grupo de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional y Alimentaria de la Universidad de Barcelona y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (Ciberfes), encabezado por la catedrática de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona Cristina Andrés-Lacueva, en colaboración con grupos de investigación de Italia y EEUU, según explicó este jueves el Instituto de Salud Carlos III en un comunicado.
El trabajo, publicado en la revista ‘The Journals of Gerontology’, tiene como base el estudio Inchianti, en relación a la región de la Toscana italiana, que siguió entre 1998 y 2018 a 1.139 participantes (56% mujeres) de 65 años o más con una edad media de 75 años, con datos completos sobre su ingesta de alimentos.
Durante los 20 años de seguimiento se registraron 811 muertes, 292 por causas cardiovasculares y 151 por cáncer, y la ingesta de proteína animal se asoció “inversamente con la mortalidad por cualquier causa y la mortalidad cardiovascular”, según los investigadores. Asimismo, la ingesta de proteína vegetal no mostró asociación con mortalidad, pero se encontró una “interacción” con la hipertensión, observándose un “moderado efecto protector” de la misma en los participantes con hipertensión.
En paralelo, los investigadores encontraron que las afecciones inflamatorias crónicas o agudas pueden “perjudicar” la “relación directa” entre la ingesta de proteínas y la fuerza muscular entre este sector de la población, “aumentando la necesidad de incrementarlas en la dieta”.
En el estudio no fue posible determinar si el efecto protector de la proteína animal se debe a la calidad proteica o al mayor contenido de proteína de los alimentos de origen animal y la principal fuente de proteína vegetal de los participantes fueron los cereales, mayoritariamente pan y pastas, lo cual “pudo ser un factor por el cual no se observó un efecto protector de la proteína vegetal”, según los científicos.
Tal y como precisó el investigador del Ciberfes y la Universidad de Barcelona y primer firmante del trabajo, Tomás Meroño, se trata del primer estudio que muestra una “asociación inversa” entre las proteínas animales y la mortalidad en mujeres y hombres mayores de un país mediterráneo. El experto se mostró convencido de que el aumento de esta ingesta proteica “puede estar inversamente relacionado con la mortalidad por su efecto protector sobre la fuerza muscular, fragilidad, sarcopenia o las respuestas inmunitarias”, por lo que urgió a “indagar más en esta línea”.
Por su parte, la catedrática Cristina Andrés-Lacueva, reconoció que se precisan “más estudios” para ofrecer “recomendaciones” sobre la ingesta de proteínas en la dieta de los mayores, con alimentos “densos” en nutrientes, como huevos, leche y pescado.
(SERVIMEDIA)
21 Jul 2022
MJR/gja