Al parecer la pareja se ha adaptado perfectamente a su nueva vida matrimonial. Jaime se ha reincorporado a su trabajo habitual en el Credit Suisse de París, mientras que doña Elena continúa con sus actividades deportivas.

El pasado fin de semana, la infanta Elena se desplazó hasta un pueblo llamado Maubeuge,ubicado cerca de la frontera belga, con el fin de participar fuera de concurso en su primer torneo hípico internacional. Jaime de Marichalar no pudo acompañar a su esposa por motivos de trabajo.

Los duques de Lugo fijaron su residencia en París en un piso de 139 metros cuadrados, ubicado a orillas del Sena, que al parecer ahora quieren cambiar por uno más amplio.

La casa en la que habita el matrimonio desde su regreso del viaje de novios es una construcción del siglo XVI del Barrio Latino, ubicad en la margen izquierda del Sena, zona en la que habitan numerosos intelectuales y artistas.

La casa, que se encuentra situada en el número 19 del muelle Malaquais, en uno de los distritos más distinguidos de la ciudad de la luz y es propiedad de uno de los mejores amigos de Jaime de Marichalar, Miguel Matossian, casado con una hija de la princesa Tessa de Baviera.

La residencia de los duques de Lugo tiene 139 metros cuadrados, distribuidos entre dos habitaciones con sus respectivos baños -la habtación principal dispone además de vestidor-, un salón con dos ambientes y chimenea francesa, un comedor recibidor y hall, cocina y un dormitorio de servicio con su aseo.

Por otra parte, según la revista "Lecturas", la infanta y Jaime de Marichalar dedican sus ratos libres a realizar compras de última hora de artículos para el hogar.

Mientras Jaime acude diariamente a su puesto de trabajo en la sede del Credit Suisse, doña Elena se dedida a su hogar, atendiendo por las mañanas las tareas doméstics y por las tardes recorriendo tiendas de los alrededores con el fin de ultimar los detalles de su nuevo hogar.