Una pequeña localidad californiana, Biggs, ha anunciado ya que está considerando la oferta, que será discutida el próximo 18 de noviembre en un pleno municipal.

Los productores de leche ofrecen por el cambio de nombre la construcción de un museo de la leche y la utilización de la ciudad en un campaña publicitaria de alcance nacional, lo que supuestamente llevará turistas a ese pueblo. No importa, por lo visto, que la última granja lechera de la comarca de Biggs cerrara hace nueve años.

La Cámara de Procesadores de Leche de California asegura que no quiere presionar a la gente de Biggs y dice que cambiar de nombre les ayudará a poner su pequeña ciudad en el mapa.