En la Europa de los Veintisiete el sector servicios representa el 66,7% del total, figurando a continuación la industria con un 27,7% y la agricultura con un 5,6%.

La incorporación de los nuevos países miembros a la UE ha reforzado el papel de la industria como empleador, explica el IEE, ya que gran parte de esos países cuentan con cifras considerablemente por encima de la media europea.

En la República Checa la industria absorbe un 40,2% del empleo total. Bulgaria alcanza un 35,5% y Estonia y Eslovenia comparten un 35,2%. Hungría registra un 32,7% y Rumania un 31,4%. Lituania y Polonia se sitúan ambos en un 30,7%, mientras que Portugal (30,5%) e Italia (30,2%) son los dos países de la antigua UE-15 con mayor proporción de empleo en el sector industrial.

Por su parte, Alemania figura con una cifra del 29,8%. En España el empleo en la industria supone un 29,3% sobre el total, situándose por encima del promedio de la UE. Letonia también supera la media europea con un 28,5%.

Casi la mitad de los países de la UE, sin embargo, tienen un peso del empleo en la industria por debajo del promedio. Malta llega a un 26,2%, Finlandia a un 25,7% y Bélgica a un 24,4%. Francia y Dinamarca se sitúan en torno al 23%, mientras que Grecia, el Reino Unido y Chipre rondan el 22%.

Los tres países en los que la industria tiene un peso menos importante en el empleo total son Suecia (21,6%), Holanda (20%) y Luxemburgo, con un 16,9%.