El comercio exterior se constituyó así en el motor de esta industria, que en 1997 logró un superávit en la balanza comercial de 96.000 millones de pesetas, en contra del déficit de 55.000 millones registrado en 1996.

Esto supone que, a pesar del déficit del ejercicio de 1996, por segundo año consecutivo se consigue un aumento de ventas que confirma la implantación de este tipo de productos españoles en los mercados exteriores.

Según los datos facilitados por el Ministerio de gricultura, el índice de producción de productos agroalimentarios creció en 1997 un 8,2 por ciento, un punto porcentual por encima del conjunto de la industria nacional. La mejora de la producción se debe, entre otros factores, al importante aumento en la producción de aceite de oliva.

En cuanto a los precios, éstos se mantuvieron prácticamente estables entre enero y diciembre de 1997, lo que contribuyó al control del IPC alimentario, que quedó establecido en el 4 por ciento y logró así frenar la tendncia alcista de este mercado.

Según los datos facilitados por el MAPA, en el último trimestre de 1997 la industria agroalimentaria creó 5.000 empleos. Se logra así alcanzar los 383.600 trabajadores de esta rama de la industria transformadora, que sin embargo sigue manteniendo un nivel de paro por encima del 15 por ciento.