El propio alcalde de Pamplona, el regionalista Alfredo Jaime, tuvo un recuerdo para el ciclista de Villava, durante la despedida oficial de las fiestas, a las doce de la noche. Ante una multitud de personas, que portaban velas encendidas en la mano, Alfredo Jaime gritó el tradicional "Pamploneses, ya se han acabado las fiestas de San Fermín 1992. Os convoco a los Sanfermines de 1993. ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!", al queañadió un "¡AÚpa Indurain!", que fue respondido por un grito unánime de las cascadas gargantas de los pamploneses tras nueve días de juerga festiva.

Al corredor villavés no le han faltado canciones ni homenajes de todo tipo durante los Sanfermines. En el tendido de sol, los mozos de las peñas coreaban "tengo un maillot amarillo, que es lo que se lleva ahora ..." y el tradicional "Miguel, Miguel, Miguel es cojonudo, como Miguel no hay ninguno".

Pero el acto más original de homenaje al corredor de illava se produjo ayer, cuando quince minutos antes de que los toros de Domecq salieran de los corralillos, un estellés de 62 años, residente en Burlada, realizó una carrera cronometrada en bicicleta por el recorrido del encierro en honor a Miguel. Ataviado con una camiseta amarilla, en la que figuraba el nombre de Indurain, un enorme bañador hasta la rodilla, visera y gafas de sol, José Antonio Landa, que trabaja como empleado de grúas del ayuntamiento de Pamplona y llevaba más de treinta años sin andar e bici, realizó una veloz carrera entre Telefónica y la plaza de toros, aclamado por la multitud.

Una vez en la plaza, el forofo seguidor del ciclista navarro dio la vuelta al ruedo y, tras pedir prestado el micrófono a los músicos de una banda, gritó a todo pulmón "¡Viva San Fermín! ¡Gora Indurain!".

El autor de la "hazaña ciclista" declaró que la idea se le ocurrió después de contemplar por la televisión la increíble contrarreloj de Miguel Indurain en Luxemburgo y decidió realizar un acto espectcular en honor al ciclista.