Desde su domicilio de Villava, Induráin espera "con mucha tranquilidad" que transcurran las horas, entrenando en la bici "cuando el tiempo me lo permite, porque están cayendo unas tormentas...", y atendiendo a los numerosos periodistas que le llaman por teléfono o le entrevistan en su casa.

El resto del tiempo lo dedica "a sus cosas", a estar con la familia y los amigos, leer, ver la tele y pasear. El campeón navarro dijo aesta agencia que se siente en plena forma física, "a tope de fuerzas y con mucha ilusión ante este Tour 92, que me hace especial ilusión porque sale en las puertas de casa".

"Estos últimos días entreno menos y los dedico más a descansar y a estar con la familia", comentó Induráin, que reconoció que no ha alterado su ritmo normal de vida. "Por aquí, por Villava, la gente anda con mucha ilusión, pensando en el Tour y en los Sanfermines", comentó.

El villavés aseguró que este año no siente una especal responsabilidad al partir como favorito, pero aceptó que el que la segunda etapa de la carrera discurra por tierras navarras le hace sentirse más responsable, "por la cantidad de gente que conoces y que irá a verte".

Al preguntarle si espera enfundarse pronto el maillot amarillo, respondió: "prefiero ponérmelo al final porque es muy difícil llevarlo desde el principio y conservarlo hasta el último día".

Su hermano Pruden y su madre Isabel Larraya mostraron la misma actitud tranquila que Miguel "Estamos muy optimistas", comentó a Servimedia Isabel, "y deseando que empiece ya el Tour. Supongo que iremos a ver la salida a San Sebastián, aunque todavía no lo hemos decidido".

La madre del campeón explicó que durante la semana previa al inicio del Tour, Miguel alimenta su metro ochenta y ocho de estatura con mucha verdura "y con lo que siempre comemos en casa", duerme más horas de lo habitual, se levanta sobre las diez de la mañana y se va con la bici "después de pegarse un buen rato poniéndolapunto".

El campeón regresa para comer y la tarde la dedica a estar con sus amigos y hacer declaraciones y entrevistas a los medios de comunicación.

Ahora sólo queda esperar a que llegue el día 4 de julio. El 6, coincidiendo con el lanzamiento del chupinazo sanferminero, el Tour entrará en tierras navarras y serán miles los aficionados que, con el pañuelo rojo anudado al cuello, se desplacen al valle del Baztán a animar al ciclista villavés y a cantarle "Tenemos un ciclista en Villava ... su nombe es Induráin", melodía que forma parte del folklore popular navarro.