A pesar del incremento, el sector valora positivamente la introducción del baremo porla estabilidad y certidumbre que ofrece en cuanto a los gastos que generarán los siniestros. Además, la elevación del 9% se considera como "una inversión", puesto que sólo se producirá en este año, ya que las subidas de las indemnizaciones del baremo están indexadas en la propia ley a la inflación.

Esta elevación de las indemnizaciones debe ser, sin embargo, matizada, puesto que se trata del encarecimiento que se produce en términos homogéneos en el pago de indemnizaciones ponderado por el baremo, comarado con el pago que se efectuaba en los años anteriores como media de los acuerdos con los asegurados y las sentencias judiciales.

Sin embargo, los pagos por indemnizaciones han experimentado una reducción en 1996 como consecuencia de la caída de la siniestralidad que se ha producido este año.

Las citadas fuentes han manifestado que el baremo será beneficioso también para los asegurados, al menos en cuanto a la mayor rapidez en el pago de las indemnizaciones.

De hecho, en los nueve primero meses de 1996 se había pagado ya la indemnización del 70% de los siniestros, cuando en años anteriores este porcentaje sólo llegaba al 35%.