Hasta el momento, las llamas han destruido casi 3.000 hectáreas de zona boscosa después de siete días en lo que el incendio, que según los indicios fue provocado, ha estado sin control.

Los retenes organizados por la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno canario permanecen todavía en máxima alerta por si los focos ya apagados se reavivan y esmeran su actuación en el control de los frentes que siguen activos.

Los primeros cálculos estiman que se ha quemado un 10% de la zona declarada por la Unesco Reserva Mundial de la Biosfera, aunque no ha sido afectado el bosque de laurisilva, especies botáncas que son fósiles vivientes que perviven en las islas desde el terciario.

Los focos que quedan por extinguir se encuentran en los municipios de San Andrés y Sauces y Barlovento, situados en zonas de difícil acceso. Se espera que si el clima no empeora, el fuego pueda ser extinguido del todo en las próximas horas.

Por otro lado, miembros de las cuadrillas que participan en las labores de extinción han afirmado que se han encontrado pintadas que amenazaban con quemar la Caldera de Taburiente el póximo día 4 de septiembre.