Durante una rueda de prensa en la que hizo balance del periodo de seiones que termina hoy, el presidente de la Cámara Baja recordó que los diputados tienen la obligación de asistir al Congreso y que está prevista la retirada de sus asignaciones económicas cuando la ausencia es "reiterada y voluntaria".

"Me consta que en el caso de Galeote no hay rebeldía frente a esta institución", afirmó Pons, quien subrayó que ningún portavoz parlamentario ha planteado ante la Mesa del Congreso una petición para que se sancione al dirigente socialista.

Este órgano de dirección el Congreso acordó días atrás prorrogar un año más la suspensión de sueldo que impuso en 1991 a los diputados de HB por su reiterada e injustificada inasistencia a la Cámara.

Guillermo Galeote no acude a la Cámara desde el 29 de mayo de 1991, cuando estalló el "caso Filesa" sobre una presunta financiación irregular del PSOE. El diputado socialista dimitió entonces como responsable de Finanzas del partido, función que asumió el secretario de Asuntos Económicos, Francisco Fernández Marugán.

Pese a as dificultades que tenía el PSOE para sacar adelante su lista de candidatos al Tribunal Constitucional y la necesidad de que acudieran al hemiciclo el mayor número posible de diputados socialistas, Guillermo Galeote fue uno de los pocos parlamentarios de su grupo que no acudieron a la votación celebrada el pasado jueves.

Pons dijo hoy que no es el primer caso en el que, "por razones diversas, un diputado deja de asistir total o casi totalmente al Congreso".

ACTUAR EN CONCIENCIA

Por otra parte,Félix Pons defendió el procedimiento seguido por el Tribunal de Cuentas para aprobar su informe sobre el "caso Filesa" y restó relevancia al hecho de que el presidente de esta institución, el socialista Adolfo Carretero, recurriera a su voto de calidad para que la votación resultara favorable al informe que exculpa al PSOE.

"El presidente del Tribunal de Cuentas tiene plena libertad para adoptar en conciencia cualquier posición que crea conveniente. Esta institución tiene unas reglas de funcionamientoy no se puede dejar de tomar una decisión", opinó.

El presidente del Congreso dijo que la tensión que se ha registrado durante este periodo de sesiones entre los principales grupos parlamentarios ha sido similar a la de otros ejercicios.

Añadió que sus relaciones con el Grupo Popular no son más crispadas desde la polémica creada la pasada semana a raíz del plazo que fijó para la presentación de candidatos al Constitucional.

"Lo ocurrido", precisó, "no va a afectar para nada a mis relaciones nstitucionales y personales con el PP. Seré el primero en tomar la iniciativa para superar los problemas que pudieran plantearse en el futuro".

El presidente del Congreso subrayó que no se siente responsable por el retraso de cuatro meses en la renovación del TC. "He urgido por activa y por pasiva a los grupos y ha sido una preocupación mía constante".

Pons se mostró contrario a la convocatoria de un referéndum en España para ratificar los tratados de Maastricht, por tratarse de una cuestión "comleja".

En cuanto a la posibilidad de instaurar en próximas elecciones el sistema de listas abiertas para aumentar el nivel de los trabajos parlamentarios, afirmó que este procedimiento no solucionaría el problema, sino que podría empeorarlo.

"Está comprobado en otros países que los ciudadanos usan su derecho a modificar las listas en un número muy despreciable. Además, se produce una distorsión, ya que los miembros de las listas compiten entre sí ante el electorado para ser ellos los beneficiario del voto", afirmó.