El duque de Palma de Mallorca, que antes de su boda manifestó su deseo de continuar a pleno rendimiento con su carrera deportiva, no pudo jugar con el Barcelona el partido que el equipo disputó el pasado 19 de noviembre por encontrarse en Londrés acompañando a la Familia Real en las fiestas de las bodas de oro de Isabel II y Felipe de Edimburgo.

Iñaki Urdangarín adelantó su regreso a Barcelona con la intención de participar con s equipo en el partido correspondiente al sábado, aunque apenas pudo entrenar, por lo que el entrenador, Valero Ribera, no contó con él.

En declaraciones a la revista "Semana". Valero Ribera señala que "Urdangarín es un jugador más de la plantilla. Le agradezco el detalle de cortar sus actos oficiales, pero si no se entrena no juega".

"Durante las últimas ochos semanas", añadió el entrenador de balonmano del Barcelona, "Urdangarín no ha podido tener un entrenamiento lógico. Estuvo tres semanas fuea por la boda, volvió y entrenó una semana, jugó un partido con nosotros y se marcho a la selección. Se lesionó con el equipo nacional, y pasó otra semana sin entrenar. Así es imposible que esté en un nivel perfecto".

Según la revista "Diez Minutos", Iñaki Urdangarín no ha querido hacer declaraciones, pero su alejamiento del equipo le debe resultar muy duro. Siempre dijo que su ilusión sería permanecer en activo hasta los juegos de Sidney pero, para ir a la selección tiene que demostrar su buena formafísica con su equipo.

Al parecer, el duque de Palma de Mallorca se enfrenta a su primer problema tras la boda: elegir entre los compromisos oficiales o el balonmano.