Señaló que los objetivos “prioritarios” de la organización son priorizar la atención domiciliaria y comunitaria, “que está en un proceso de mejora de acuerdo con el marco de los años 90 y no con las necesidades más complejas y amplias de 2024”; y avanzar en el proceso de transformación de las residencias a entornos hogareños “apostando por el modelo de unidades de convivencia con el objetivo de humanizar las instituciones”.

Por otro lado, alertó de “la masculinización de la vejez”, esto es, una mayor longevidad de los hombres, “lo que tiene una influencia directa en el envejecimiento de la población, acompañado de una mayor supervivencias de las parejas, la reducción de la soledad y la demanda de dependencia”.

Con el objetivo de frenar la situación de dependencia, Mayte Sancho abogó por “centrar más esfuerzos” en las personas de entre los 75 y 85 años, que “están en situación de fragilidad importante, aunque no de dependencia”. “Estamos lejos de poder dar respuesta a las necesidades que se nos plantean”, agregó.

Por último, pidió un aumento de las prestaciones centradas en la asistencia, “un servicio de la máxima utilidad porque es barato y genera una seguridad en las personas mayores y ayuda a que puedan permanecer en su entorno a través de los servicios domiciliarios, la atención residencial y las prestaciones de cuidados en el entorno familiar”.